Intersección. Órbita galega
Comisariado de la sección Galicia en INTERSECCIÓN. Festival Internacional de Cine de A Coruña.
Un lugar en el que imaginar todos los relatos posibles.
En esta nueva edición de Intersección, la sección gallega continúa expandiendo sus horizontes para acoger todas las formas posibles que ofrece la práctica audiovisual. Desde su propia singularidad, las obras que integran los tres bloques en los que se ha agrupado esta sección (dos sesiones monocanal y un proyecto expositivo) interactúan para alumbrar su naturaleza interdisciplinar y promover la experimentación. Conformando un mosaico de reflexiones que reflejan intereses compartidos, cada uno de estos creadores y creadoras, con sus mentes plagadas de imágenes, nos acompañan en un viaje de encuentros y revelaciones. El paisaje, la identidad, el territorio, el lenguaje, lo intrínseco a lo humano y lo que aboga por despejar el antropocentrismo, los patrones de dominación social, lo íntimo y lo común… Un sinfín de conceptos se entrelazan en esta nueva propuesta para tratar de revelar la diversidad y vitalidad de nuestra más reciente creación audiovisual.
La naturaleza continúa siendo, desde diferentes ópticas, un campo de estudio y atracción. Algunas veces impregna la retina a modo de una sucesión de estímulos, como demuestra Breogán Xague en Panxoliña. De la noche al día, de la oscuridad a la luz, la pieza extiende un ritmo marcado por la insinuación de brillos y texturas que acompañan fragmentos del poemario Night de Etel Adnan. Con Ínsua, Marta Verde descompone las formas guiándonos hacia un viaje sensorial a través del color, el movimiento y el sonido. Un paisaje post-digital donde las plantas, texturas y perfiles de su entorno cercano experimentan diferentes transformaciones visuales abrazando las sinergias para celebrar el latir de la tierra. Para María X. Fernández, el paisaje se revela a modo de deidad o elemento primigenio que impulsa un sistema energías. Así lo entiende en Physis, donde una caja de luz proyecta sombras y luces descomponiéndose en una suerte de auto-encuentro. En otras ocasiones sus ecos se construyen a partir de la ciencia, abarcando un campo de preguntas que encuentran su razón en la mecánica cuántica. Desde MIL111 (Iria del Bosque Fernández y F. Borja Bernárdez Armada) se preguntan por las interacciones entre las diferentes realidades. Su propuesta, VORTEX, funciona como metáfora en la que un prisma, una pieza visual y una composición sonora evocan los puentes entre nuestra realidad y sus infinitas posibilidades paralelas. Por otro lado, hay quienes luchan con imágenes y gritan al mundo sus desastres, tal vez como último resquicio para intentar salvaguardar este planeta agonizante. Así, Ariadna Silva se vale del poder evocador de su mirada para presentar la belleza que hiere; aquella que todavía hoy tiñe la tragedia que dejó en las costas gallegas el naufragio del Prestige. El mar, las rocas, el atractivo influjo de lo natural al servicio de la vanidad humana. La misma vanidad que retrata Ruth Montiel Arias en Ánima, una propuesta que contiene la actual, pero anacrónica, cohesión entre el folclore y la preservación de actos como la matanza del cerdo. Desde el costumbrismo y la superstición, desde lo mágico y lo mítico, este ritual celebra la ejecución como parte de solemne de la ceremonia. Entretanto, la artista trata de imaginar alternativas capaces de envolver la tradición desde un humanismo no antropocéntrico.
En otro plano, la experiencia del territorio cala en las construcciones culturales, sociales e interpersonales hasta confeccionar un complejo palimpsesto que desborda, aúna, vela y desvela tanto aquello que somos como lo que habitamos. Enar de Dios analiza las consecuencias de la producción y explotación de los diferentes espacios, explorando cómo se solapan y bifurcan a partir de intereses atravesados por el sistema capitalista actual. Desplegado en diversos capítulos que acogen una amplia variedad de material visual, Ecotone logra emparentar imágenes de una enorme carga estética y filosófica que introducen las relaciones cruzadas entre política, economía, historia o medioambiente. Entretanto, Lara y Noa Castro recurren al imaginario popular en una película compuesta por canciones, cuentos y profecías donde la tradición se intercala con lo fantástico. Sempre se encontra consolo se desarrolla como una suerte de fábula desde la que celebrar la magia de lo cotidiano. Identidad, espiritualidad y memoria se vuelven a cruzar bajo la cámara de Mirian Opazo, quien filma el carnaval de Laza, con sus característicos peliqueiros, mientras nos narra el peso de los ritos, de aquellos símbolos que construyen comunidad. Pero, ¿hasta dónde es sostenible estirar un recurso? Sobre ello reflexionan Ana Gesto y Eduardo Valiña en Pó de vieira, una videoinstalación que pone el foco en los modos de habitar una ciudad como Santiago de Compostela, completamente atravesada por intereses económicos que adornan el macroturismo bajo el paraguas de la tradición. Bajo la acción de manipular un elemento icónico como es la concha de vieira, pone en evidencia los costes y desajustes producidos por la turistificación. La calle esconde historias de vida, perfila la cultura y evidencia el rastro del tiempo. Con Maçanetas, Juan Lesta establece un viaje por el norte de Portugal a través de los pomos de sus puertas. Como ese impulso del artista por coleccionar aquello que le sorprende, la pieza va tomando forma de un modo muy orgánico y casual para finalmente detallarnos el contraste existente entre esas manillas que todavía imprimen su autenticidad en el paisaje rururbano. El territorio está ligado a una cultura y a una forma política. En ocasiones implica desplazamiento y desarraigo, como el que dibuja Andrea Zapata-Girau en Ruovesi, un filme que lanza interrogantes alrededor del sentimiento de disgregación que suponen las migraciones. Estas mismas preocupaciones se pueden intuir en el videopoema que presenta Cintaadhesiva (Jesús Andrés Tejada). O resto é ceo recoge, a través de un cuerpo iconográfico simbólico y onírico, textos del poemario homónimo de Silvia Penas para trazar el paradójico sentimiento de una europea en Cabo Verde. El peso de una historia de dominación se entrelaza con la indefensión, el cielo o las sequías en una pieza donde la palabra, el sonido y la imagen originan su propio vocabulario.
En esta dinámica de lo contemporáneo se suceden diversas colmenas, como la del lenguaje cuando se empeña perpetuar una única vía de expresión. Por eso, Berio Molina insiste en revisar los procesos de aprendizaje del lenguaje, al mismo tiempo que continúa investigando modelos de comunicación alejados de los patrones normativos. El cuerpo, la lengua, la boca, las carnes... conducen a otras estrategias de intercambio y lectura de los acontecimientos, sin necesidad de describir con precisión el significado de cada una de nuestra acciones, sin necesidad de situar el discurso en primer plano. Es siquiera posible definir con claridad ciertas formas de expresión? En un intento por hacer explícita la locución coloquial 'a un tiro de piedra', Borja Rodríguez Gimeno invita a sus amigos a lanzar una piedra y caminar hasta su posición final, mientras documenta la acción con una cámara de súper 8. Bajo la tentativa de activar el espacio intermedio entre el lenguaje oral y escrito, el cine y la acción, el artista logra desdibujar los límites en un acto entre lúdico y absurdo. Cabe también preguntarse por los relatos colectivos y el modo en el que estos se entrecruzan. Lo retrata muy bien Santos Díaz en Din que non falan, dando lugar a un palpitar de preocupaciones compartidas, sueños y sentimientos paralelos entre personas de diferentes generaciones que van yuxtaponiendo historias entre lo narrado y lo narrado.
Sobre cómo se construyen los vínculos interpersonales y de qué modo la sociedad trata de delimitar o normalizar ciertas actitudes vitales nos habla Andrea Costas Lago en Materia oscura, una atrevida propuesta en la que investiga las ambivalencias de la maternidad empleando su melena como alegoría de la maraña existencial que suponen los cuidados. Con Deducir un cuerpo, Deebo Barreiro se cuestiona el dualismo de género y la idea estética de que una persona trans deba encajar dentro de una identidad binaria, apostando por profundizar en las personas para mirar más allá de la propia imagen fotográfica. Personas, historias y vidas son capturadas bajo la lente de Ángel Santos en Alicia fai cousas, un relato poblado de sinceridad en el que su protagonista, Alicia, encarna con realismo las incertidumbres de toda una generación. En un plano más intimista, Andrea Vázquez rastrea sus recuerdos en una videoinstalación conformada por una estructura de cajas sobre la que proyecta material de video casero. Portadoras de objetos e intimidades, las cajas aluden a la nostalgia de un pasado cercano, al cierre de una etapa universitaria que culmina a modo de mudanza para enmarcar el recuerdo. Por su lado, Sabela Eiriz despliega sus memorias en forma de estímulos que danzan entre lo ordinario, la tristeza, el miedo, el sosiego… Revivir imágenes es recordar y atravesar el tiempo, algo que nos sugiere con su videopoema Eu non quero ser triste. También lo hace Xacio Baño cuando se pregunta por la historia que narran las imágenes descartadas. Non te vexo es un ensayo fílmico sobre la imagen negada; es buscar el intersticio y descubrir el esbozo, la instantánea imprecisa, lo que no se ha querido contar.
Entre estas líneas, hemos visto diferentes maneras de enfrentar la realidad desde el ejercicio de la creación audiovisual. Algunas veces se asume la poesía, lo lírico, el influjo atrayente del color, la textura o la sensualidad en la imagen. Otras, el impacto de lo explícito cuenta con la capacidad de pellizcarnos la piel. Porque a través de la retina también se dispara la crítica, el arte continúa siendo un espacio de libertad contestataria. Y de dulzura y recogimiento, de duelo, introspección… De cruces con otros ámbitos como la ciencia, la sociología, la historia o la política. Y, por supuesto, el arte es un lugar en el que nunca debe agotarse el juego. Por todo ello, nos queda agradecer que haya artistas que insistan en atravesar la barrera de lo protocolario, en revisar el medio para asumir el reto de imaginar otros relatos posibles.
