La Cuarta Piel. Sara Coleman
La cuarta piel permite observar un proceso de madurez artística en el trabajo de Sara Coleman donde, partiendo de la investigación del cuerpo en todas sus significaciones, revisa nuestra posición como espectadores retándonos no solo a disfrutar con la mirada sino también a comprender la experiencia de lo háptico. Cuerpo, piel y gravedad; sus mensajes son claros y su apariencia franca. Sara Coleman juega con el sentido del tacto para expandir su significado.
La relación de Sara Coleman con el cuerpo nace de su experiencia en el diseño de moda y se reorienta a medida que su trabajo va adquiriendo diferentes niveles de madurez, acercándose al arte en un proceso orgánico de multiplicación de sentidos e hibridación de creatividades. Desde entonces, se apunta una necesidad por transgredir la idea de prenda como elemento cubriente, por liberarla y devolverle su autonomía. Jugando con los pesos, los equilibros y la consistencia del propio tejido, la artista se relaciona con la obra experimentando su capacidad discursiva, permitiendo que el tejido despliegue sus cualidades para reforzarlas a partir de un proceso que tiene mucho de escultórico pero también de arquitectónico. Ésto se debe en parte a la elección del material empleado, el fieltro, que rechaza la rigidez para exaltar sus características físicas y ponerlas en relación con las leyes de la gravedad y con la propia idea de espacio envolvente o de refugio.
Si antes hablábamos de escultura y arquitectura, en esta ocasión la artista añade un tercer elemento a su obra, el color, aproximándola también al lenguaje pictórico. En este caso, introduce sutilmente ciertos detalles cromáticos en verde y en rojo que dialogan con la desnudez cruda del fieltro apostando por la conexión entre disciplinas y reforzando el sistema de pesos visuales del conjunto expositivo.
