Órbita galega. Intersección 2024
Programacción de la sección Galicia en INTERSECCIÓN. Festival Internacional de Cine de A Coruña.
Una de las claves que desde el principio quiso servir como elemento diferenciador de INTERSECCIÓN es apostar por la fusión de las artes, comprendiendo la especificidad correspondiente de cada proyecto pero tratando de romper las lógicas que imponen un modelo de etiquetas como elemento desintegrador.
En este recorrido, descubriremos diferentes maneras de enfrentar la realidad desde el ejercicio de la creación audiovisual. Algunas veces, las obras exploran la fisicidad de la materia, la presencia del cuerpo fotográfico o los sistemas de percepción y memoria. Otras, la naturaleza se manifiesta como una fuerza envolvente que reconecta con nuestro centro, mientras el territorio muestra las marcas que construyen su piel. Se aprecia también cierta inquietud por las nuevas fórmulas de composición y análisis social que pueden aportar las inteligencias artificiales, desde perspectivas que se articulan entre la distopía y la sorpresa. A través de la poesía, la luz, el color, el juego y, sobre todo, desde la fascinación por las imágenes, cada propuesta enfrenta el reto de contemplar el mundo con ojos incipientes, de encontrar lo remoto en lo que parece común, de acompañar nuevos relatos en esta bitácora de la vida.
Grandes preguntas
El arte es una poderosa herramienta para plantear grandes preguntas, desafiar nuestra percepción y reexaminar los temas fundamentales que han inquietado a la humanidad durante siglos. El amor, por ejemplo, es uno de ellos. Un amor que puede ser tan idílico y prototípico como el que presenta Xacio Baño en Platónico, platónica donde, con un ácido sentido del humor, hace uso de la inteligencia artificial para desmembrar los diferentes sentidos de este complejo concepto. Otra perspectiva ofrece Feyrouz Serhal en Sen ti, empleando la metáfora del firmamento como espacio de conexión espiritual. También hay un amor fraternal, incondicional, tan respetuoso como el que perfila Inés Pintor en Queimar cando morra, resucitando la memoria de su abuela en una cinta cargada de verdad y sutileza. Y es justamente la memoria -pasada, presente, imaginada- lo que trata de custodiar Hugo Amoedo con Pechar caixas, abrir caixas. Si lo pensamos, ¿no está el amor presente en cada gesto, en cada encuentro y en esos momentos aparentemente insignificantes que, al final, se convierten en los recuerdos que perduran?
Continuemos indagando en la cuestión de la memoria. ¿Qué mecanismos influyen en su percepción? ¿Qué componentes la activan y modifican? Estas serían algunas de las preguntas que se proponen revisar Juan Lesta y Sabela Eiriz incorporando, en cada caso, el matiz instalativo como extensión de su proyecto audiovisual. En Persistencia / Estridor 5-7-1 Juan Lesta investiga el concepto de persistencia visual, fundamental en la creación de imágenes en movimiento, y cómo éste se transforme en una metáfora de la memoria, donde los recuerdos se desvanecen o transforman. Por su parte, Sabela Eiriz analiza con a fotografía velada é espazo para unha proposta de memoria la capacidad de la fotografía para preservar la memoria, encontrando en los errores técnicos una representación de la fragilidad y la subjetividad de los recuerdos. Se dice que percibimos un mínimo porcentaje de lo que nos rodea y aquello que llamamos realidad es un constructo distorsionado por nuestro cerebro. Con unas herramientas mentales y visuales tan imprescindibles como imperfectas, configuramos una suerte de ilusión dentro de la que cabe preguntarse por el lugar del cine y la fotografía en su papel de archivadores de imágenes. El ejercicio creativo comprende inevitablemente un fase de investigación y descubrimiento, exige asombrarse ante lo mínimo y busca profundizar más allá. Algo así como un cuadro compuesto por múltiples capas cromáticas que revela nueva información a medida que se rasca. De ahí que el empeño por aludir a cuestiones universales siempre resulte en una nueva percepción del mundo. Si antes hablábamos del amor, su antagonista, el odio, se perpetúa en multitud de comportamientos que pueden describirse con palabras como celos, sabotaje, deseo de control social o banalización informativa. Atentados, todos ellos, contra nuestra propia existencia que, desde diferentes perspectivas, son puestos en jaque por autores como Martín Romero (To Bird or not to Bird), Pablo Fontela (Histeria do meu pequeno mundo), Santiago Talavera (Hauntopolis II), Silvia Penas, María Roja, Flavio Hamilton y Jesús Andrés (quiet! birds sinking) o Margherita Morello (Aquarium). Mientras los dos primeros encuentran en el lenguaje suavizado de la animación un mecanismo para retratar el esperpéntico reflejo de la ambición humana, las propuestas de Santiago Talavera y Margherita Morello abordan la distopía a través de inquietantes escenarios futuristas.
Hay otros interrogantes que emanan de las piezas que ahora presentamos en la sección Galicia. Pienso en la identidad como uno de los grandes desafíos del paradigma actual. En este sentido, Alejandro Vázquez Tomé nos acerca en Mi trabajo más personal al complejo proceso de la autoidentificación en un entorno de constante cambio. Un proyecto fresco, autorreferencial y plagado de alusiones culturales desde el que mirar hacia el abismo de un sistema plagado de etiquetas y estereotipos. Desde otro punto de vista, Ana Amado y Lois Patiño nos transportan a otra época con Lavadoiro, evocando la identidad de tiempos pasados. Una película que es como una oda a los tradicionales lavaderos y su relevancia como espacios de encuentro. Sus sugerentes imágenes rememoran un tiempo en el que estos lugares fueron fundamentales para el desarrollo sociocomunitario, con la mujer como pilar central de su funcionamiento.
Como un binomio indisociable, la relación entre cultura y territorio se expone como otra de las preocupaciones capitales que pueden abordarse a partir del pensamiento creativo. La poesía de Nuria Vil da voz con Delincuente a la historia de la Maradona, en Vigo, para narrar un relato cargado de crítica social. La pieza, dirigida por Alba Domínguez, hace uso del material de archivo como herramienta de denuncia, mientras revela las luchas de resistencia y transformación de una ciudad ahogada por la heroína. ¿Cómo se manifiestan los procesos de transición del territorio y cuál es su relación con los agentes que lo habitan? Aunque la propuesta de Eva Díez ofrece un contrapunto visual a la estética de las autoras anteriores, coinciden al abordar la noción de colapso. Abandonamos el espacio urbano, pero no los efectos de la acción humana sobre el territorio. Con su cadencia poética, la artista explora el quiebre mental, utilizando el agua estancada como metáfora de la inercia. A través de la investigación de paisajes afectados por la intervención humana, como minas ilegales o canteras en restauración, la observación de estas aguas, que parecen moverse pese a su quietud, se convierte en un símbolo de resistencia y en un intento por recuperar su flujo natural. A esta reflexión se suma Carlos Fer con las videoinstalaciones Pliegue Tectónico II y Un cuadro con subtítulos, dialogando sobre la fisicidad del mundo y su proceso de materialización en una realidad cada vez más virtual y dominada por pantallas planas.
En definitiva, este pequeño itinerario por algunas de las propuestas más actuales del panorama audiovisual gallego no es más que una nueva invitación a transitar por emociones, lugares y comportamientos tan conocidos como inéditos. Son obras que reflejan las luchas del presente, pero también el impulso por idear narrativas alternativas y reconsiderar nuestra relación con el mundo. Porque el arte, como siempre, continuará planteándonos grandes preguntas.