Formas e tránsitos. Isabel Flores
Esta exposición forma parte del proyecto Activar a mirada. Des-ordenar o pensamento en el que participan, a lo largo del curso 2021-22, las artistas Isabel Flores, Mónica Mura, Mar Ramón Soriano y Basilisa Fiestras y que supone un nuevo ciclo expositivo para la sala, perteneciente a la Universidad de Vigo.
Isabel Flores es la primera artista en abrir el ciclo con la muestra Formas e tránsitos, una propuesta de instalación site-specific en la que combina la memoria íntima y la colectiva a través del ornamento, la pintura mural y la serigrafía sobre tela generando en las personas visitantes una experiencia envolvente.
El trabajo de Isabel Flores responde a un interés por asomarse a los anexos de la práctica pictórica, reivindicando su alianza con las tres dimensiones en una constante exploración de sus confines. La expansión de los lenguajes plásticos origina nuevos choques y confrontaciones que imprimen en sus propuestas el legado de los principios decorativos asociados a la artesanía. Exiliada del marco y desertora del lienzo, su pintura responde al reto de redefinir los espacios que habita a través de la consecución de diseños ornamentales de las más variadas culturas; de una memoria tan íntima como global no exenta de un posicionamiento crítico.
En Formas y tránsitos la artista compone un viaje intimista de elementos que se bifurcan e interfieren, donde la imagen del azulejo de la antigua casa familiar convive con la simplificación de otro motivo visto en Turquía. El primero se aproxima a lo privado, a las vivencias íntimas y el hecho fortuito; surge del desprendimiento de este azulejo en la cocina de sus abuelos y se asienta en su mirada, acompañándola en lo subsidiario hasta que decide activarlo como elemento plástico. El segundo es parte de un desarrollo ya interiorizado de transformación y evolución del patrón. Combinadas, estas formas se conjugan trazando una cartografía personal y geográfica diseñada a partir de experiencias tan distantes como enlazadas capaces de ejecutar las jerarquías a través del recurso de la repetición, que favorece, a su vez, múltiples variaciones sobre la silueta primaria. También acoge el error, surgido de los movimientos reiterados que hacen vacilar la mano sobre el muro o, en el caso de las telas, de las dificultades propias del procedimiento serigráfico, como aliado a la hora de afrontar lo inesperado de la creación.
Para la Sala Alterarte, Isabel Flores compagina la intervención sobre muro con la disposición de varios paños serigrafiados en gasa que discurren ligeros suspendidos del techo, obligándonos a establecer un recorrido no lineal donde el cuerpo se activa como sujeto actuante. Nos somete, así, al escrutinio de las formas mediante un sistema de capas que encubre o manifiesta las imágenes en función de cuál sea nuestra posición como espectadores. Como en un puzzle, sus formas exigen de la conexión mental para terminar de componerse. Imágenes veladas que refuerzan su encuentro en la calidez translúcida de las telas para después expresar su incontinencia cuando se desplazan por las paredes de la sala conformando un espacio transitable a partir del punto de vista múltiple. El poderoso atractivo del resultado no oculta su entonación crítica: la reivindicación del ornamento más allá de sus fronteras derriba los estereotipos y amalgama culturas, afectos y tendencias sin prestar atención a definiciones o categorías.
